A nuestra sociedad moderna le gusta proclamarse multicultural y secular, y la dirección parece ser un futuro sin el antiguo lastre religioso, donde la ciencia sea la herramienta para el progreso y la prosperidad constantes, la felicidad para todo y para todos.

Al final todo pasa

Sí, la ciencia ha hecho mucho bien y ha hecho posible la prosperidad material, una mejor atención sanitaria, etc. Pero, y aquí hay que pintar un gigantesco signo de interrogación: ¿a qué precio?, y ¿por qué el hombre no es “más feliz” de todos modos? La soledad, las enfermedades mentales aumentan como nunca antes, las drogas y el crimen, los actos de violencia y vandalismo, el ambiente escolar inseguro, etc. A esto se suma la destrucción ambiental y las amenazas terroristas.

Se cumplen 118 años del milagro de La Dolorosa en el colegio San Gabriel

Según las estadísticas, aproximadamente el 80 % de la población mundial sigue siendo religiosa. Sin embargo, en nuestro país ‘moderno’ solo un pequeño porcentaje de la población es cristiana, la inmigración ha traído también otras religiones, pero la mayoría no cree en Dios. Hace 100 años la situación era la contraria. Pero la gente todavía quiere casarse en la iglesia y enterrar a sus muertos allí, ¿por qué? Las tradiciones traen seguridad, se podría decir, bueno, pero ¿por qué 70 años de comunismo de mano de hierro en la Unión Soviética no acabaron con la fe cristiana? ¿Por qué se estima que alrededor de 100 millones de chinos se han convertido al cristianismo en las últimas décadas, en medio de una severa persecución? La respuesta es obvia: la ciencia no puede satisfacer la mayor y más profunda necesidad del hombre de dar sentido a su existencia, y también parece haber una necesidad de ‘vida’ que la satisfaga. Experimentar satisfacción interior y ahora otro concepto que la ciencia no domina: la paz. Las celebridades materialmente ricas y exitosas toman drogas en busca de paz y vida, solo para encontrarse con un vacío devastador. Aquí es precisamente donde la fe interviene y cumple. La explicación no es científica, es ‘sobrenatural’, es decir, por encima del orden de la naturaleza o la ciencia. (O)

Publicidad

Peter Kujala, Trångsviken, Suecia