La consulta popular y referéndum de 2024, propuestos por el presidente Daniel Noboa, tuvieron el nivel de ausentismo más alto de los procesos electorales de los últimos diez años. Mientras se esperan los resultados oficiales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) informó que en los comicios del 21 de abril hubo una participación del 72 % de votantes, lo que significa que el ausentismo fue del 28 %.

No es un dato menor, implica que menos personas acudieron a votar, a diferencia de otros años. Analistas anotaron varios factores que podrían incidir en esto: el voto facultativo, la migración de ecuatorianos al exterior, la apatía política por acudir a las urnas constantemente, no registro de los cambios de domicilio y hasta posibles deficiencias del registro electoral.

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Los expertos advirtieron que el ausentismo puede tener efectos negativos en los procesos electorales. Por ejemplo, si no se detecta a tiempo, pueden darse casos de suplantación de identidad, para beneficiar o perjudicar a un candidato o tendencia política.

Según el Registro Electoral, para este proceso un total de 13′654.291 personas estaban habilitadas para votar, de las cuales 429.165 corresponden a los ecuatorianos en el exterior. El 72 % de participación correspondería a 9′831.089 votantes; mientras que el 28 % de ausentismo sería de 3′823.202 ciudadanos.

La situación llama la atención de las autoridades del CNE, que aguardan por los resultados finales para conocer con detalle dónde hubo más o menos ausentismo y, con ello, tomar acciones.

También inquieta a la Misión de Observación Electoral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que en su informe preliminar del martes 23 de abril apuntó que la participación de la consulta popular y referéndum “es 9 puntos porcentuales menor a la registrada en el promedio de participación de los tres procesos electorales de 2023 y 10 puntos más baja que la registrada en 2018, para una convocatoria similar. Esto es especialmente significativo teniendo en cuenta que en Ecuador el voto es obligatorio”.

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De igual manera, la Misión de Observación Electoral Internacional del Parlamento del Mercosur (Parlasur) notó la disminución en la participación electoral y sugirió investigar las razones, ya que en el referéndum de febrero de 2023 la participación fue del 80,74 %.

Este descenso en los números de participación es un aspecto crucial que merece ser analizado para entender las razones detrás de la disminución y buscar estrategias para fomentar una mayor involucración del electorado en futuros procesos electorales”, recomendó Parlasur en su informe.

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De acuerdo con datos del Consejo Nacional Electoral, entre 2014 y hasta 2023 el ausentismo osciló del 17 % al 20 %. En ese lapso se llevaron a cabo diez procesos electorales: elecciones generales (primera y segunda vueltas), elecciones seccionales, del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) y tres consultas populares.

En los plebiscitos impulsados por los expresidentes Lenín Moreno, en 2018, y Guillermo Lasso, en 2023, el ausentismo fue del 19,2 %.

Las posibles razones y consecuencias

El pasado 22 de abril, la presidenta del CNE, Diana Atamaint, expresó su preocupación por el creciente ausentismo en la última jornada electoral. Mencionó que la migración de compatriotas hacia el extranjero o las condiciones climáticas del día domingo, en ciertas localidades del país, pudieron haber afectado la concurrencia a las urnas.

“La participación ciudadana ha sido de un 72 %. Lamentablemente son, aproximadamente, diez puntos menos al promedio de los últimos procesos electorales. Habrá que investigar en dónde hubo ese nivel de ausentismo que hace esta diferencia, pues generalmente el nivel de participación ha sido del 80 %”, expresó la titular del Consejo.

La diáspora de ecuatorianos, que se ha agudizado por la crisis económica y de seguridad, es un fenómeno a tomar en cuenta, porque muchos connacionales abandonan el país por canales irregulares y, por su condición de irregular, tampoco pueden votar en los lugares donde llegan a radicarse, comentó Esteban Ron, director de la Escuela de Derecho de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE).

“Creo que la mayor causa del ausentismo, en este caso, es el flujo migratorio. En su momento se habló de que hasta dos millones de personas salieron del país del 2019 en adelante”, opinó Ron e indicó que ante la ausencia de ciertas personas en el país existe el riesgo de que otras sean pagadas para “falsear la voluntad de los electores”. Eso, a futuro, puede generar una “ilegitimidad de la decisión sobre el candidato o tendencia política”, reflexionó.

Ron agregó que también hay que tomar en cuenta la migración interna, por temas laborales, ya que varios ciudadanos no cambian su domicilio electoral. Al momento de las elecciones algunos no quieren o no pueden desplazarse hasta las localidades donde votan, y prefieren pagar la multa por no presentarse a sufragar.

Al cierre de las votaciones del domingo 21 de abril, el general de la Policía Nacional Wilson Pabón dio un reporte de las novedades registradas durante las votaciones. Entre otras cosas, informó que doce personas fueron detenidas por suplantación de identidad y fueron puestas a órdenes de la justicia.

Marcelo Espinel, subdirector de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo (FDC), añadió al análisis que, probablemente, pudieron no haber sufragado un importante número de personas habilitadas para votar de manera facultativa.

Según el Código de la Democracia, el voto no es obligatorio para las personas entre 16 y 18 años de edad, así como los adultos mayores de 65 años, los ecuatorianos que habitan en el exterior, los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en servicio activo, las personas con discapacidad y las personas analfabetas.

Por otro lado, apuntó Espinel, también podría haber una “deficiente depuración del padrón electoral”, considerando que la última depuración, en teoría, se hizo en agosto de 2023. “Hubo una serie de cuestionamientos sobre si se hizo correctamente o no. Y eso podría estar inflando las cifras de ausentismo que estamos viendo ahora”, dijo el vocero de la FDC.

Sumó otro factor: el cansancio de los ciudadanos por los constantes procesos electorales que se han dado. “Y estamos a puertas de entrar a otro proceso electoral para designar a autoridades nacionales (en 2025). Entonces, los ecuatorianos hemos estado participando en procesos electorales, prácticamente, a año seguido y eso genera un hartazgo ciudadano”, mencionó Espinel e indicó que se debería evaluar la pertinencia de mantener el voto obligatorio.

Espinel anotó que si no se toman medidas, y no se vigila correctamente el desarrollo de la jornada electoral, el ausentismo podría abrir la puerta a actos de corrupción y delitos.

Diana Atamint (c), presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), junto a los cuatro consejeros electorales, en el Centro de Mando instalado para monitorear el desarrollo de la consulta popular y referéndum del 21 de abril de 2024. Foto: Alfredo Cárdenas.

El 28 % de ausentismo en la consulta popular y referéndum 2024 podría ser el más alto, inclusive, desde el retorno a la democracia, comentó Carlos Aguinaga, expresidente del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE).

A su criterio, posiblemente también hubo desinterés y desconocimiento del plebiscito en parte de los habitantes, porque en los últimos meses ocurrieron varios eventos de connotación nacional que concentraron la conversación ciudadana, relegando los temas relacionados con la consulta.

Coincidió en que los permanentes procesos electorales no solo cansan a las personas, sino que además “debilitan la calidad de la democracia”. “No le da estabilidad a nadie. No hay condiciones de gobernabilidad, porque no hay estabilidad. Estamos al vaivén de los intereses políticos”, señaló.

Aguinaga observó que el ausentismo podría reducirse en las elecciones generales de 2025 “porque son otro tipo de intereses, se elige presidente de la República, asambleístas”.

Los tres expertos mencionaron algunas medidas por podrían adoptar las autoridades del CNE frente a la baja participación de votantes, una vez que se conozcan los resultados finales de la consulta popular. Se deben corregir temas técnicos, como pulir el registro electoral actualizando los datos con el Registro Civil y la Cancillería, considerando la migración, y revisar y motivar el correcto cambio de domicilio de los votantes. (I)