Con dolor abdominal, vómito, diarrea y hormigueo en las piernas llegó José, a inicios de agosto de 2023, a un centro médico particular ubicado en Flor de Bastión, noroeste de Guayaquil. “Se le salía el corazón por la boca”, recuerda su esposa, Rosa, quien acompañó a su cónyuge a una ‘peregrinación’ por dos hospitales públicos, de Daule y Guayaquil, antes de ser atendidos en la clínica.

“Lo llevamos al hospital de Daule (del Ministerio de Salud), pero no lo atendieron, porque no había medicinas; luego, lo llevamos al hospital Universitario, en Guayaquil, y tampoco lo quisieron atender, porque es más como maternidad”, narra Rosa, quien por recomendación de una conocida llegó al centro particular: “Ahí sí nos ayudaron”.

Los médicos lo evaluaron y le hicieron exámenes de sangre y de orina, cuyos resultados confirmaron que José padecía intoxicación por arsénico, metal pesado que contenía el pesticida que utilizó para fumigar las plantaciones de arroz en su trabajo, a inicios de agosto.

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Esa mañana, José salió de su hogar, en la cabecera cantonal de Daule, para cumplir con su jornada como agricultor en una piladora. Parte de las tareas de ese día, cuenta Rosa, fue rociar un líquido con bombas “para que no le caigan plagas a las plantas que había sembrado”.

Luego de usar el plaguicida, alrededor de las 10:00, empezó a presentar dolor de barriga y vómito. A la clínica llegó unas cinco horas después, a las 17:00. “Como es agricultor, ya nos da a pensar que puede ser intoxicación por arsénico (...). Al paciente se lo estabilizó con un medicamento que se usa en suero para bajar los niveles de intoxicación por arsénico en el cuerpo”, indica Orlando Pin, nutricionista, especialista en Medicina Interna y Cirugía General, con dos maestrías en Salud Pública y Educación Superior.

El médico asegura que el arsénico dura en la sangre un promedio de 10 horas y se excreta por la orina. “Por eso es necesario hidratarlo con solución salina y medir el sodio y potasio”, apunta y añade que en la prueba de orina se detecta la presencia de arsénico.

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No es el único caso que ha recibido, Pin asegura que en la clínica, que lleva su mismo nombre, han atendido a dos pacientes -ambos agricultores de Daule- con intoxicación por este metal, en último semestre del 2023. El otro paciente llegó, además de los otros síntomas, con calambres exagerados en las piernas.

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En el caso de los agricultores, se habrían contaminado con el plaguicida utilizado en las plantaciones. Pero, también, el arsénico ha sido detectado en un muestreo de arroz sin cáscara realizado por un grupo de científicos argentinos y ecuatorianos -entre ellos expertos de Agrocalidad- en las provincias de Guayas, Manabí y Los Ríos. Los resultados de ese estudio, publicados en 2022, concluyeron que el 76 % de las muestras tienen valores de arsénico total -orgánico e inorgánico- de entre 0,20 y 1,0 miligramos por kilogramo, cuando el límite máximo para este metal es de 0,20, según el Codex, conjunto de normas alimentarias definidas internacionalmente para proteger la salud del consumidor. Y si se toma de referencia los límites del Mercosur (Mercado Común del Sur), de 0,30 mg/kg, el 29 % de las muestras están “sobre este límite y debería ser verificado por medio de una determinación específica de arsénico inorgánico”.

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Patricio Almeida, director ejecutivo de Agrocalidad, asegura que no ha recibido reporte de agricultores intoxicados: “Tendríamos que hacer las consultas a Salud, no nos ha dado Salud ninguna alerta, eso nos deja tranquilos porque no ha habido ninguna intoxicación por arsénico. Sin embargo, siempre hay que estar monitoreando”.

Este Diario solicitó información al Ministerio de Salud, al IESS y al hospital Luis Vernaza, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, sobre casos de intoxicación en los últimos cinco años, pero hasta el cierre de esta edición no entregaron la información, requerida desde el 9 de enero. El IESS indicó el jueves 11, a través de una de sus comunicadoras, que “esos datos solo los puede proporcionar el ente rector, el MSP”.

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En los últimos egresos hospitalarios publicados por el INEC no se especifican casos de intoxicación por arsénico. Lo que sí registran son 41 pacientes afectados -entre 2018 y 2022- por metales pesados, como el mercurio, cobre y plomo. Esta última sustancia fue hallada, en altos niveles, en dos marcas de salsa de tomate, una de salsa BBQ y una de canela en polvo. Sobre este caso, el ministro Franklin Encalada reconoció -ante la Comisión de Derechos de la Salud de la Asamblea Nacional- que “no sabemos cuánta gente está contaminada”, porque no tienen exámenes disponibles para detectar este metal: “Es muy específico el examen y no tenemos el laboratorio que nos lo haga; y, si lo tuviéramos, nos cuesta muy caro ese examen”.

En el caso de José, este agricultor estuvo hospitalizado durante dos días, pero aún le quedan secuelas de la intoxicación por arsénico: “Tiene ardor de estómago, gastritis. Se toma pastillas para eso y antialérgicos, porque esa sustancia la absorbió por la piel, la nariz y la boca”, comenta su esposa, quien asegura que José ya toma medidas, como uso de guantes y mascarilla, cuando le disponen fumigar. Aunque el plaguicida con el que se intoxicó, afirma, ya no lo utilizan en las plantaciones.

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Los suelos de los arrozales pueden contener arsénico de origen natural y, también, “pueden estar contaminados por el agua de riego, la lluvia y el aire que están contaminados con arsénico de origen antropogénico”, como la minería y la fundición, y los materiales utilizados para la producción agropecuaria, como pesticidas, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OMS, en el código de prácticas para la prevención y reducción de la contaminación por arsénico en el arroz.

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Las plantas del arroz -señala el informe- absorben el arsénico del suelo y se acumula en el grano y la paja. El arroz puede contener arsénico orgánico e inorgánico, este último es la forma más tóxica de este elemento y es considerado por la OMS como ‘cancerígeno’ y una de las diez sustancias químicas más preocupantes para la salud.

“Somos una sociedad arrocera y se ha encontrado cantidades importantes de arsénico en el arroz y eso se va acumulando (en el cuerpo)”, refiere el especialista Orlando Pin, preocupado porque este metal, también, puede causar cáncer en la piel, pulmón y la vejiga. (I)