A comienzos de esta semana, tres hombres y una mujer fueron hallados sin vida en una vivienda en Toledo, España. Los decesos, confirmó la autopsia, los causó el monóxido de carbono.

La agencia EFE publicó que “la mala combustión de una estufa de gas butano se perfila como la causa de la muerte de cuatro personas -tres hombres y una mujer- que el martes 20 de marzo aparecieron en avanzado estado de descomposición por una intoxicación de monóxido de carbono en una vivienda del casco histórico de Toledo”.

La mujer tenía 56 años. Las edades de los otros fallecidos eran 56, 58 y 64.

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En una de las habitaciones “estaba la estufa, que cuando entraron los agentes policiales a la vivienda aún estaba con el interruptor de encendido accionado, aunque ya no había llama porque se había consumido el gas”, explicaba, según EFE, el jefe Superior de Policía de Castilla-La Mancha, Javier Pérez Castillo.

Monóxido de carbono, ¿muerte dulce?

El monóxido de carbono (CO) “es un gas inodoro e incoloro que puede causar la muerte”, indica el sitio web de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).

Amplía que este “se produce cada vez que se enciende algún combustible como gas natural, gas propano, gasolina, petróleo, queroseno, madera o carbón”.

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El monóxido de carbono no se puede oler, ya vimos. De allí la gravedad. “Las características de este gas, inodoro e incoloro, lo convierten en la conocida como muerte dulce, ya que su inhalación puede provocar la muerte en cuestión de minutos”, informan en 20 Minutos.

Enfatizan en esto: “Es un gas completamente silencioso y por eso no somos capaces de ver el peligro que representa”.

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La mayoría de los accidentes causados por envenenamiento por monóxido de carbono (CO) se producen en los hogares y están relacionados a nuestras actividades diarias como cocinar y usar la calefacción, señala la agencia EPA, de Estados Unidos.

Según esa entidad, el CO es la causa más común de muerte por envenenamiento en los Estados Unidos. “Los envenenamientos no intencionales a causa del CO resultan en 500 muertes y 15,000 visitas a las salas de emergencia cada año”.

Qué pasa al inhalarlo

Cuando la persona inhala el monóxido, “el gas tóxico entra en el torrente sanguíneo e impide que el oxígeno entre al organismo, lo cual puede causar daños en los tejidos y producir la muerte”.

Síntomas de envenenamiento con el monóxido

Según la EPA, “para la mayoría de las personas, las primeras señales de exposición a concentraciones bajas de CO incluyen ligeros dolores de cabeza y falta de aliento cuando se hacen ejercicios moderados”.

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La exposición continua puede producir síntomas de gripe, incluidos dolores de cabeza más fuertes, mareos, cansancio, náuseas, confusión, irritabilidad y pensamiento confuso, falta de memoria y coordinación.

Al CO le llaman “el asesino silencioso” porque si uno no presta atención a estas primeras señales, la persona puede perder la conciencia y la capacidad de salir del peligro.

EPA

Los síntomas más frecuentes de la intoxicación por monóxido de carbono, de acuerdo con los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), son:

  • Dolor de cabeza
  • Mareo
  • Debilidad
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Dolor en el pecho
  • Confusión

¿Qué hacer en caso de inhalar monóxido de carbono?

Al notar los primeros síntomas que podrían indicar un envenenamiento por monóxido de carbono, trate de respirar aire fresco de forma inmediata.

“Abra puertas y ventanas, apague estufas, hornos, calentadores y aparatos de este tipo, y salga de la casa”, advierten.

El segundo paso es contactar con los servicios de emergencias para buscar atención médica de forma inmediata.

Recomienda la EPA

  • Instale alarmas de CO cerca de los dormitorios.
  • Verifique todos los años los sistemas de calefacción y los aparatos que queman combustible.
  • Mantenga los aparatos de gas correctamente calibrados.
  • Instale y utilice un extractor de aire sobre las cocinas de gas.
  • Abra el conducto de humos cuando use la chimenea.
  • Verifique que las puertas de la estufa a leña cierren bien.
  • Use generadores portátiles afuera y lejos de los edificios. Nunca los use en balcones ni cerca de puertas, ventanas o tomas de aire. Nunca use un generador portátil cerca de donde duermen usted o su familia.
  • Evite el uso de aparatos de combustión sin ventilación.
  • Nunca deje el automóvil en marcha en el garaje, ni siquiera con la puerta del garaje abierta al exterior.
  • Nunca use una parrilla de carbón en interiores, ni siquiera en la chimenea.
  • Nunca caliente su casa con un horno de gas.

(I)

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