La vitamina D es un nutriente que fortalece los huesos por sus aportes de calcio y fósforo. También es una hormona que produce el cuerpo, lo cual beneficia al sistema inmunológico, la salud cardiovascular y la función muscular.
Exponerse a la luz solar contribuye a la absorción de esta vitamina; sin embargo, es importante saber que hay ciertas consideraciones a tomar en cuanto como el tiempo de exposición, la ropa, el momento del día, el uso de protector solar, la estación del año y hasta el lugar donde de residencia, ya que pueden interferir en el objetivo y hasta generar otro tipo de posibles enfermedades.
¿Qué dicen los especialistas?
Los especialistas coinciden en que la vitamina D es poco común en los alimentos naturales. La Escuela Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard dice que “las mejores fuentes son la carne de pescado graso y el aceite de hígado de pescado”, mientras que en las yemas de huevo, el queso y el hígado de res se encuentran pequeñas cantidades.
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Es cada vez más común recurrir a un suplemento de vitamina D, siempre bajo la recomendación de un médico. Su deficiencia se determina a través de un examen de sangre, especialmente luego de observar algunos signos como, por ejemplo, dolor o debilidad muscular y dolor de huesos.
¿Cuál es la cantidad de vitamina D recomendada?
La cantidad de vitamina D depende de la edad de la persona y se mide en microgramos (mcg) y unidades internacionales ( UI ).
La Clínica Mayo señala que “la cantidad diaria recomendada de vitamina D es 400 unidades internacionales (UI) para los niños de hasta 12 meses, 600 UI para personas de 1 a 70 años y 800 para personas mayores de 70.
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Sin embargo, advierte que “tomar demasiada vitamina D en forma de suplementos puede ser dañino”.
Entre los síntomas que avisan sobre el posible exceso están:
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- Náuseas y vómitos
- Poco apetito y pérdida de peso
- Estreñimiento
- Debilidad
- Confusión y desorientación
- Problemas con el ritmo cardíaco
- Cálculos renales y daño renal
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